sábado, 24 de abril de 2010

CARTA A NAJWA

Querida Najwa:

Te defiendo a pesar de no profesar ninguna religión, de no utilizar ningún símbolo, de no exteriorizar ninguna creencia. Me desagradan las persecuciones. Quiero vivir en una sociedad donde nadie sea perseguido por manifestar sus sentimientos o sus creencias sean religiosas o no. Respeto a todo el mundo creyente, incluso respeto que haga proselitismo y que quiera captar fieles o devotos, como otros captan votantes. Todo siempre y cuando se haga con respeto, con tolerancia, con concordia. Me parece aberrante que no se te haya dejado entrar en clase, que se te haya recluido en una sala donde los profesores te pasaban los apuntes, todo por llevar velo. Me apunto a tu rebeldía. Yo de adolescente he llevado muchas prendas en la cabeza. La que mas me gustó fue un gorro florentino, con el que no entraba en clase, pero con el que entraba en los bares, en los bulevares de la vida. Me sentía transportado al renacimiento. Afortunadamente nadie quiso salvarme de esa sensación. Un día me cansé y me quité el gorro. Con él había muerto una etapa de mi vida. Me sorprende la cantidad de gente que quiere salvarte de tu decisión. Son muchos los que quieren que no te pongas el velo porque con ello te están salvando de la esclavitud, de la sumisión, del machismo de tu religión. Curioso. Creo que aún no tienes novio ni marido. Otros van mas allá. Después del velo, vendrá el burka,la lapidación... Después de la entrada en clase con velo, vendrán las piscinas sólo para mujeres, luego la negativa a hacer gimnasia, la comida sin cerdo...¡horror, la islamización de occidente y la venganza del moro...¡
Pero, querida Najwa, te doy las gracias porque has mostrado una auténtica fotografía de la España actual, una España, aún enclavada en un rancio miedo a la diferencia, al otro, al extranjero, una España que aún no ha evolucionado y que se escuda en teóricos argumentos de modernidad para que nada cambie, para cerrar los ojos ante la nueva sociedad de mestizaje e intercultural que ya estamos viviendo. Te libre tu Dios de los que quieren protegerte, de los que quieren redimirte a base de decretazos y de normas. No me gusta la religión pero la tolero y la estudio. Tenía un amigo sevillano que estudiaba Teología sólo para erotizarse. Un buen argumento. Sus disquisiciones metafísicas le hacían sin duda mas atractivo. Me gusta la diferencia, la duda, las culturas distintas. Procuro no ser etnocentrista y tomar equidistancia a menudo con mi civilización, con mis costumbres. La mujer en Occidente ha sufrido un proceso de liberación que ya no tiene marcha atrás. Y de eso y0 me alegro y lo comparto. Pero cada pueblo, cada cultura, tiene que buscar su propio modo de emancipación. En España existe una cosa que se llama la Constitución. Nadie debe temer que la religión o determinada creencia vayan a progresar si colisionan con ella, es decir, si colisionan con los derechos humanos. Si el velo fuera un símbolo de opresión o de maltrato sería el primero en rechazarlo plenamente, pero entiendo que su uso no es mas que una decisión personal por abrazar un sentimiento religioso o cultural y si se práctica en España esa religión, ya digo, está sometida al amparo constitucional. Si en algún momento se transgrede existen las leyes y los jueces. Yo creo en la fortaleza de la democracia cuando los valores que la inspiran se mantienen firmes por parte de todos. Pero , visto lo visto, hay quien no ha comprendido bien, lo que significa la libertad religiosa y el derecho a la propia imagen. Por primera vez, en muchos años me ha sorprendido la Iglesia al respetar tu libertad de elección. Y es que en este caso, querida Najwa, están pasando cosas sorprendentes. Con su decisión, La iglesia ha dejado sin argumentos a todos aquellos que te atacan y que son en su mayoría católicos y de derechas. Y el mundo laico y de izquierdas ha sido , curiosamente, quien mas te ha defendido. Yo personalmente respeto tu velo, como respeto el crucifijo o el circulo en la frente de los hindúes. Esas formas de ver el mundo nos enriquecen. Pero no quiero que ningún símbolo en concreto presida la escuela o los espacios públicos, precisamente por eso, porque son de todos, todos pueden y deben transitar por ellos, cada uno con el símbolo que crea conveniente, pero ninguno se ha de erigir en sus paredes.

Nadie debería sentirse superior a nadie para aconsejar o no que creencia o que ideología debe de tener. Nadie debería expulsar a una adolescente de las aulas por su fe. No me gustan las guerras de religión, las cruzadas. Son una de las peores partes de la historia de la Humanidad. Presumimos de Córdoba, de Toledo, ciudades emblemáticas donde convivieron todas las religiones y donde prosperaron el saber humanístico y científico, pero, por lo visto, se nos olvida su profundo significado.

Querida Najwa, sólo te pido que la misma dignidad que has esgrimido para defender tu decisión, la lleves siempre en la vida para defender esa misma dignidad. Que nadie te la quiebre. Ni tu Dios.

Seguidores

Buscar este blog