jueves, 30 de diciembre de 2010

TOPICAZOS

Desde hace mucho tiempo oigo la siguiente frase: ¡Habrá crisis, pero tú vas al Hipercor o al Carrefour y no se puede dar un paso¡ O la siguiente... ¡Habrá crisis pero llega un puente y las carreteras están llenas de coches...todo el mundo se pira¡
Forman parte del pensamiento colectivo, ese que procesamos todos por igual. Curioso. Hoy, en la radio, he oído soltar el mismo topicazo al expresidente de la Junta de Extremadura, Rodríguez Ibarra. Dice que el otro día estuvo en un Hipercor de Badajoz y no podía dar un paso con el carro. De esta manera pretendía minimizar o relativizar la crisis.
Si todo el mundo está de acuerdo en que la salud económica de un país se ha de medir por esos parámetros, que alguien cree una empresa de mediciones de presencia ciudadana en las grandes superficies y le haga llegar los resultados a los mercados internacionales, a ver si con un poco de fortuna, nos dejan de atoxigar un poco. Una pizca de surrealismo no vendría mal. Ya me imagino al presidente del gobierno defendiendo estos nuevos criterios en la Europa del ocaso capitalista.
Yo , como todo hijo de vecino, no escapo de acudir a estos grandes centros. Compro lo mas rápido y me voy. Pero amigo, hay otros hijos de vecino que no tienen cosa mejor que hacer que deambular por esos inmensos pasillos de la alegría consumista. Gentes a las que han dejado sin espacio, sin sitio natural adonde acudir. Antes, las famosas tiendas de ultramarinos suplían tanta falta de comunicación. Las mujeres y los niños acudían a ellas y revelaban el termómetro social del momento. La incorporación del hombre a las compras ha sido obra de las grandes superficies.
Ahora ir de compras es una excursión familiar con un reparto equitativo de las tareas. ¿Que se llenan en estas fechas las grandes superficies? Normal. Ya no se puede ir a comprar a la tienda del barrio. Está como mal visto. Sólo para cosas fugaces, pequeños olvidos. Además no cabrían mas de dos familias. Se necesitan grandes autopistas para estos carros que funcionan con un euro y en el que nos abastecemos de semana en semana como un ritual litúrgico. La gente necesita sentir el inmenso vacío social en el que vive acompañado de los suyos. Incluso cuando nos encontramos con algún conocido parece alguien de la estratosfera. Intentamos no entretenernos demasiado. Sobre todo que no observe nuestro carro. A nadie le importa lo que compramos. Además en el bullicio silencioso de estos grandes almacenes nuestras economías pasan inadvertidas. A ninguna cajera, repetida una tras otra en una inmensa fila inacabable, le importa lo mas mínimo quien seas o lo que compres. Nadie se apiada de tu precariedad o nadie se escandaliza de tu abundancia. No da tiempo. A las cobradoras sólo les interesa su teclado y tu tarjeta de plástico. Y despacharte cuanto antes. Despacharte, es un decir, pues tu mismo te autodespachas.
A veces he observado a la gente con la mirada sonámbula en estos centros de reparación..alimentaria. Yo mismo debo de ser un sonámbulo. Les veo dar vueltas por la gran superficie siempre con el carro en las mismas condiciones. Apenas han comprado nada. Sin embargo, se han entretenido en todos los bulevares del lugar.. Han releído las etiquetas de mil y un productos que no llegan a convencerles ni a ellos ni a sus bolsillos. Han mirado , como si de un teatro se tratara, la gente que se cruza con ellos narcotizados en la nada adivinando lo que se esconde detrás de cada silueta. Se han dejado seducir por alguna cosa que no necesitaban. Han echado un buen rato. Tal vez hasta la hora de su programa favorito en la tele.
¡Claro que todo el mundo acude a comprar ya a estos centros.¡ Habrá quien compre mas y quien compre menos. Pero no acuden fundamentalmente a comprar. Van a llenar una gran superficie.
Como los coches llenan las autopistas. Salen, salimos de nuestras casas, pero no tenemos contenidos. Esto no es sólo una crisis económica, que la hay. Es una crisis social. Necesitamos hablar con el tendero.

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