lunes, 3 de enero de 2011

EL EXTERMINIO MEXICANO

Anabel Hernández es una periodista y escritora mexicana valiente que ha puesto el dedo en la llaga del narcotráfico. Gracias a ella y a otros tantos periodistas podemos saber que es lo que se cuece entre bambalinas en esta extraña guerra que se libra en el estado centroamericano. Si después de leer su sorprendente libro,- Los señores del Narco- a alguien le queda alguna duda del mundo en el que vivimos es que su capacidad critica está sumamente atrofiada. Lo primero que sorprende es que ante las duras acusaciones que lanza sobre el ex-presidente Fox y sobre el actual presidente Calderón ninguno de los dos haya hecho nada para defenderse judicialmente. Es como si en España alguien acusara al presidente del gobierno o al jefe la nación , al rey, de connivencia con el narcotráfico y todo el mundo mirara para otro lado. Anabel Hernández acusa al expresidente Fox de haber facilitado la liberación del capo Chapo Gúzmam a cambio de 20 millones dólares. A Calderón le vincula directamente con la guerra de los cárteles para hacerse con el control del negocio apoyando directamente al cártel de Sinaloa. Hay que recordar que en el último año han muerto 40.000 personas en esta guerra sin cuartel en el estado mexicano. Una afirmación de este calibre tiene que estar muy bien fundamentada para poderse llevar a cabo, so pena de incurrir en un grave delito de difamación o de calumnias al presidente de la república. Si el que calla otorga, entonces estamos perdidos porque de la boca de estos altos mandatarios aún no ha salido ni una palabra para defender su aparentemente mancillado honor. Que el narcotráfico y el crimen organizado caminan a pasos agigantados en distintas partes del planeta es una verdad irrefutable. Pero que ya sea tan descarado como para que todas las instituciones de un estado estén bajo el prisma de la sospecha es para echarse a temblar. Conociendo lo que ya conocemos yo me pregunto cómo es posible que aún estemos pensando qué hacer con la droga, si es necesario seguir invirtiendo en su mas que ilusa represión y si no sería mejor legalizarla a nivel mundial con cuyos beneficios podríamos construir fantásticos sanatorios en los que tratar a los adictos. Mejor droga sana y con impuestos, que corrupción, muerte, y mafia sentada en los escaños de los parlamentos.
Anabel ¡cuídate¡ Tu vida no vale nada si además quien te tiene que proteger es la misma mano que alienta la hemorragia incesante de muertes que están haciendo de México un auténtico laboratorio de exterminio humano.

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