¡Oh Zeus¡, deja que rompa mi silencio ante el estupor que me origina los avatares y desgracias por las que pasa el noble pueblo heleno. No comprendo por qué vuelves la espalda a quien en otros tiempos ,no tan lejanos ,colmaste de las mas altas metas del pensamiento e ingenio humanos. Cuando veo a sus gentes maltratadas en las calles por las lanzas de la avaricia, desesperadas y sonámbulas ante tanta desgracia me revuelvo en la extensión de todo mi ser buscando respuestas a tu indiferencia rayana ya en el desprecio. Cierto que sus políticos corrompieron la ciudad, cierto que en los últimos años la sinrazón y el robo se extendieron como un mal invisible entre las bellas islas que afloran en sus mares: cierto que los santuarios mas sagrados, aquellos que describen el mundo sólo como una alegoría, fueron saqueados y despreciados ante la opulencia efímera del dinero, cierto que todos pecaron y no sólo su innoble clase política que durante años engañó a los mercaderes falsificando todas las cuentas del estado.
Y hoy, esos mismos mercaderes, imponen su ley a todo el pueblo exigiéndoles sacrificios que distan mucho de ser razonables. Cuando veo a tu bello pueblo sometido al dictamen de los extranjeros, con las caras ocultas en el poder magnético del dinero, cuando comprendo que se exige la condena no sólo de las generaciones presentes sino de las futura para pagar los intereses desmedidos de sus préstamos, cuando observo como se trocea la ciudad y sus bienes y se los reparten entre ellos ante la mirada impotente o cómplice de sus políticos, cuando siento que la falta de esperanza es el arma que se utiliza contra todo un pueblo, me revuelvo en mi eternidad , oh Zeus, y te exijo un gesto que devuelva al mar jaspeado sus tonos de alivio, su grandeza humana, sus tesoros ocultos que durante tantos siglos inspiraron a la humanidad.
Por eso yo te propongo que impongas un canon a todo Occidente, que todo individuo presente o pasado que invocó el nombre de Grecia, de sus poetas, dioses o filósofos paguen a los ciudadanos griegos por esa maravillosa herencia que alumbró lo mejor de toda nuestra historia. Por eso yo te solicito que hagas saber a todo occidente que la deuda que tiene contraída con ese maravilloso pueblo es incalculablemente superior a la que hoy reclaman sus mercaderes y que entre ellos , aceptadas estas premisas, lleguen a la conclusión de que nadie tiene derecho a reclamar nada en este momento de profunda debilidad helena pues ellos mismos no serían nada si no hubiesen explotado su infinito legado humano. Si, Zeus, te pido que cobres derechos de autor a todas las universidades, a todos los estados, a todas las iglesias, a todos los politícos, economistas, escritores; a todos los poetas, cineastas, geómetras, filósofos, músicos, etc ,etc que desde hace tantos siglos han utilizado los recursos que nos brindaron generosamente los griegos. Y así veríamos que su deuda se disiparía en un mar de calderilla ante tanta grandeza que nunca debió caer en manos de los especuladores y de los mercaderes.
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Completamente de acuerdo. Estamos en deuda con Grecia. Su aportación es fundamental e imprescindible... Como tan maravillosamente describe el autor de este emotivo y acertado comentario. Gracias.
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