sábado, 20 de febrero de 2010
AVATARES , AZAHARES Y AZARES
Aún impresionado por la película "avatar" he dejado mi cuerpo durmiendo en el ataúd de la memoria y he salido con mi avatar a pasear por los inicios de la primavera, sobrevolando el sur que es capaz de conjugar la nieve y los almendros y fundirlos en una única visión luminosa que anuncia ya el esplendor de todas las fragancias que inundarán el campo de colores olfativos imposibles de definir. En realidad vivimos en un mundo mágico y apenas nos damos cuenta de ello. No haría falta viajar a ningún planeta perdido en los confines del universo para percibir todo el misterio de la existencia, ese misterio que a base de tecnología nos quieren ocultar. Nuestro enemigo sigue siendo siendo el propio hombre, tal y como sucede en la película. Los intereses económicos son capaces de destruir a todo un pueblo con tal de poder explotar sus yacimientos minerales. Todos , de alguna manera, huimos de nuestra propia especie. Ya Neruda, y otros muchos antes que él, nos advirtió de la pesadilla de la existencia al no reconocerse en los trajes, en la peluquería, en las calles. La película encierra demasiados argumentos como para detenernos en todos, pero me llaman la atención dos especialmente. El primero la visualización real de nuestros sueños aunque sean inducidos. El hombre ocurre en una esfera irreal, en un mundo etéreo que sólo se rompe cuando somos conscientes de nuestros sentidos mas inmediatos, pero bien mirado, el pasado, el recuerdo, el olvido, la ilusión, el ideal del amor no son sino categorías irreales imposibles de vivir a no ser en una especie de mundo platónico. Esta película nos ilusiona con la idea de que los sueños se organizan en su propio mundo. Que el malvado hombre sea capaz también de controlar esa esfera es una idea que se apunta en el film. Otro argumento a considerar es el de la idea de "héroe", un concepto clásico que no está dispuesto a desaparecer. Todos deseamos convertirnos en el jefe de algo, con la amada rendida a nuestros pies, llegando del cielo a lomos de un dinosaurio alado. Todos queremos individualizarnos, reivindicarnos como seres únicos capaces de cometer grandes hazañas. A caballo entre la épica medieval y el mundo clásico, esta parte resulta demasiado obvia, salvada sólo por ocurrir en un futuro de galaxias y tecnología ultralejana. Que la Iglesia se haya mosqueado por esta película sólo viene a confirmar su pensamiento anclado desde hace dos mil años. Un pensamiento que se va removiendo cuando la realidad deja en evidencia que las sagradas escrituras fueron escritas en un contexto histórico que no preveía ningún avance científico. He divagado como un avatar y ahora vuelvo ya a mi cuerpo durmiente. Mañana hablaremos en serio de la película.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario