miércoles, 31 de marzo de 2010

CORPUS CORRUPTUS

EL siglo XXI y perdón por el eufemismo, nos está destapando algunas verdades que aunque no se quieran ver o se quieran ocultar van a configurar sin duda un nuevo modelo social aún por definir. La costra social de la pederastia ha reventado en la Iglesia y amenaza con un profunda revisión en el seno de esa institución de todo su devenir, arrastrando viejos y anclados dogmas de otra índole que ya no se compaginan con la realidad. La idea ancestral y medieval de Dios, el paternalismo sobre las costumbres en un mundo que ha evolucionado estrepitosamente, el poder sobre el nacimiento y la muerte se antojan ya convenciones caducas en un mundo donde la ciencia disputa día a día el espacio que ocupan dejándolas al desnudo a ojos de un observador meramente racional. Pero si estoy seguro de que la Iglesia tendrá que renovarse profundamente en los próximos años, si quiere sobrevivir, cosa que lleva haciendo durante siglos, aunque esta vez tendrá que ser de manera mas radical, también lo estoy de que la política tendrá que ser restaurada desde el principio so pena de que la ciudadanía dé la espalda a esta clase tan espacial y tan especial. Que el poder corrompe es una verdad que llevo escuchando desde que tenía uso de razón, pero esta verdad interiorizada se puede quedar corta mirando el grado que la corrupción ha alcanzado en nuestro país. En realidad es tal el grado de indignación que provoca la situación que uno no sabe por donde empezar. Desde los ayuntamientos, hasta las mas altas esferas de la vida política todo parece un club de amigotes dispuestos a repartirse los fondos públicos, las comisiones por adjudicación de obras, el engorde de los presupuestos, las concesiones a dedo, el enchufismo, los apaños, los contratos suculentos, las complicidades con empresas, con bancos, con cajas de ahorros. Es tal el grado de deterioro de la situación que sus señorías ya están pensando en como aplican paños calientes a la situación, introduciendo nuevas formas penales o retirando competencias a los politícos para sustituirlos por gestores o técnicos. Si esto es así, mejor que se presenten las universidades a las elecciones y que los ciudadanos examinemos los curriculums de los ingenieros y arquitectos para decididir con pleno conocimiento de causa. Aunque me temo que muchos de estos gestocratas volverían de nuevo a las andadas. Y esto a nivel nacional. A nivel internacional, me sorprende que aún no haya un control efectivo sobre todos los fondos de ayuda que reciben los países pobres gobernados en su mayoría por reyezuelos que no hacen mas que engordar sus cuentas en Ginebra y construirse palacetes horteras y suntuosos en sus países, mientras sus gentes se mueren de hambre y de falta de perspectiva. Han aprendido bien la lección del mundo rico. Corrompanse pero mantengan controlado al pueblo.
No tengo ganas de detallar casos chirriantes. Pero estoy seguro de que las futuras generaciones reclamarán otro modo de gobernar el mundo, que no ya la revolución, idea que lleva camino de entrar en el congelador de los conceptos románticos. O estamos perdidos.

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