domingo, 29 de abril de 2012

DANUBIO AZUL TIRANDO A NEGRO

No podía ser de otra manera. No podía ocurrir en otra ciudad. El asesinato limpio, impoluto, cuasi perfecto sólo se da en esas latitudes. Flotando en las bellas aguas del Danubio, a ritmo de vals, sin signos de violencia, el cadáver del exministro de petróleo libio Chukri Ghanem ha aparecido de forma misteriosa en la enigmática y fría Viena. Ya se sabe. Un ataque al corazón en un momento inoportuno, a primeras horas de la mañana, en un lugar no transitado, donde nadie le puede echar un cable; un ataque al corazón atroz que le lleva a tirarse al río, en vez de dejarle en la tierra a la espera de los servicios de emergencia. Una muerte muy cruda, como cruda ha sido toda su vida dedicada al crudo. No me imagino la cantidad de secretos que este exministro de Gadafi debía de almacenar en su cabeza o en sus archivos. Viena, después de desertar y dejar sólo a su jefe, parece un lugar ideal para establecerse y montar un despachito que es lo que Ghanem había hecho. Tirando de agenda y de antiguos favores no es difícil pensar en la prosperidad que le inundaba. Pero Ghanem tenía al menos un problema: sabía demasiado. Muchos de los que bombardearon su país habían pasado antes por botica. Quiero decir que unas cuantas comisiones por esto y por lo otro y ¡viva Gadafi¡ mientras el dinero circulaba por las cuentas corrientes opacas de otras ciudades tan dignas de cometer  asesinatos limpios  como las suizas. El negro dinero del petróleo abastece muchas corruptelas, incluso algunas campañas electorales. Asesinatos sin estridencias, sin pistolas, sin balas, sin navajas. Asesinatos sin asesinos. Asesinatos del Norte. Con una escueta nota de prensa. Ya se sabe la policía trabaja para dirimir las causas, pero todo apunta a una muerte natural, al famoso ataque al corazón. Nadie se altera. Todo queda en el silencio. Nadie pregunta demasiado. Un buen informe forense y el corazón se paró. Hay en la muerte del exministro de petróleo libio una nausea viscosa y maloliente, algo así como si el Danubio se hubiera contaminado de crudo con la muerte del petrolero y los servicios de emergencia ya estuvieran drenando el río y sus alrededores para evitar males mayores. No es una catástrofe natural. Es una nueva tragedia humana, resumen del crimen organizado que nos gobierna y que ahora ha encontrado ya la veta última de sus objetivos: dominan a los estados y quieren tributos mayores. Quieren todo.

1 comentario:

  1. Gracias, por informar -personalmente me había pasado desapercibido- sobre este caso, tan horrible, poéticamente expresado... Me viene a la memoria lo que escribió Hordelin "Poéticamente habita el hombre la tierra"... Es claro, que se refería a personas como el autor del comentario ,Jorge, no a los corruptos que hacen corruptelas y consiguen lo contrario...

    ResponderEliminar

Seguidores

Buscar este blog