sábado, 12 de noviembre de 2011

26516. Once del once del once.

Soy un gran aficionado a la numerología, a veces, a la adivinación. No creo en nada de todo a ello con fe racional, pero si que he observado a la largo de mi vida lógicas extrañas, azares que ocultan un orden, pasadizos secretos que nos conducen a sitios donde la razón se queda sin argumentos.
A modo de juego se me ocurre preguntar..¿era previsible poder adivinar el número que ha sido agraciado en el sorteo especial del once del once del once? Y me quedo sorprendido porque si, era posible adivinarlo, era de hecho bastante fácil adivinarlo.
Y os diré por qué, sólo con ánimo de jugar y reventar la lógica del azar. Sin ninguna certeza y sin ningún viso de lo que digo se puede argumentar racionalmente.
Estamos en la fecha mágica del 11-11-11. Bien estos seis números sumados dan 6. Como es una suma de todo los elementos, el seis es el número que por necesidad mágica debía de ir al final. Así que ya hemos adivinado el último. Podíamos saber que acababa en 6. Sigamos.
Estamos hablando de 11-11-11--. Uno y uno suman dos. 2. Como vamos a operar sólo con el 1, en bloques de dos, es lógico pensar que el primer número tenía que ser la suma de 1+1 igual a 2. Ya tenemos el primero 2 y el último 6. Pero como son tres bloques de 1+1, eso quiere decir que la suma de los tres bloques nos da 6. Bien ya tenemos tres números. 26...6. ¿que hacer ahora? Estamos perdidos se nos han escapado los argumentos. Entramos en el vacío. Pues no. Después del segundo número el 6 tenemos que volver de nuevo al 11, ya sabemos que es una fecha mágica y ella nos guiará. Con lo cual si colocamos un cinco inmediatamente después volvemos a sumar 11. 6+5; 11. Nos habíamos perdido pero hemos vuelto a encontrar la secuencia mágica. Con lo cual ya tenemos cuatro números...265.6. Queda saber el cuarto. Y llegamos al uno por muchas causas, porque mentalmente hemos sumado 11 y debemos colocar el uno o simplemente porque después del cinco  si añadimos uno, vuelve a darnos seis, que es la suma de todos los unos y es el 6 con el numero con el que  completamos la cifra afortunada.. Quiero decir que después de colocar el 265 y sabiendo que acaba en seis, podemos establecer que el siguiente numero sera un uno por diversos motivos y argumentos.
Tenemos finalmente el 26516. Ha sido el numero premiado. La suma de todos sus dígitos da 20. Es decir, para nuestra lógica mágica, da 2. Uno +uno.
Podíamos haberlo adivinado. Lástima que no tenga tiempo para tanta cabala. Y lástima que no acabemos de creernos la lógica mágica del azar.

1 comentario:

  1. El tema de la adivinación me resulta carente de interés en el siglo en que vivimos, tedioso a grandes rasgos, el de numerología tampoco es santo de mi devoción aunque para reflexionar me valen los dos.
    De los adivinos se me ocurre que son personas con cualidades especiales para conocer a los seres humanos, son intuitivos... Si se hubieran dedicado al estudio del cerebro humano, psicología... Estarían en el camino adecuado y lo que dijeran tendría sentido pero de la manera que lo hacen es irrelevante y sorprende que personas con formación, cultas hagan uso de sus servicios.
    Respecto a la numerología lo que me lleva a pensar es que es ejercio mental... y desde ese punto de vista tiene importancia pues es algo que debemos hacer si queremos tener calidad de vida e igual de importante que el el físico. Por otra parte, parece que hay una relación entre los números y la música, se activan las mismas áreas cerebrales...De lo cual deducimos que los que se dedican a la numerología hubieran podido ser matemáticos y músicos bien orientados, claro está.
    Deducir el número premiado a partir de el no es lo mismo que sin el. Aunque no se e igual me faltan datos...
    Lo que si me interesa es pensar sobre el azar y en eso estoy de acuerdo con el autor. Tendrá su lógica, acultara un orden... Pero hoy por hoy sigue siendo un misterio aunque con poco de suerte con el tiempo se transforme o pase a las fila de los problemas y como tales sea susceptibles de resolver, como dice Noam Chomski.

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