lunes, 16 de noviembre de 2009
EN NOMBRE DEL PUEBLO
Asum, la madre de Nagore, esta deshecha, rota. Su vida giró el día en el que le avisaron de que su niña había sido asesinada por un joven psiquiatra. Ella perdió todo. También en cierto modo el asesino de su hija acabó con su vida. Nunca se supera un trance como ese. Parece como que la vida se hubiera querido distanciar de ella, enseñándola la parte mas horrible de la existencia. La pesadilla, el sueño negro. Las víctimas, los familiares mas cercanos de aquellos que son asesinados, quedan noqueadas, hundidas en una especie de letargo existencial. Vuelven a la vida muy poco a poco, pero ya nunca será lo mismo. Sólo confían en la justicia, una especie de bálsamo redentor que les devuelva la paz, que les quite las ganas de venganza, que les dé una explicación racional de lo que pasó y por qué. Pero si esa justicia falla, si se vuelve en contra de ellos entonces ya no queda nada. El abatimiento, la soledad, la nausea. En el caso de Asum, la justicia no ha fallado, pero no la ha compensado. El jurado, en nombre del Pueblo, ha comprendido parcialmente al que puso fin a la vida de su hija. En cierto modo, las seis mujeres y los tres hombres del jurado le han indultado. El joven psiquiatra se ha salido con la suya. Ha ganado el pulso a una sociedad demasiado tolerante en algunos aspectos. Demasiado comprensiva. Es una victoria para él. Para su desahogada familia. Para sus caros y buenos abogados. La justicia , en cierto modo, les alivia también de la carga terrible que supone ese homicidio. Ya no se puede hablar de asesinato. Illanes es un homicida. No un asesino. El matiz es importante. La pena de cárcel también. El psiquiatra saldrá de la prisión en unos pocos años. Nagore nunca volverá a la vida. Illanes rehará su vida. Se hará a si mismo un psicoanálisis. Será su propio objeto de estudio. Y tal vez hasta acabe aceptando su error. Tendrá esa posibilidad. Pero Nagore no. Ella sólo vivirá en el recuerdo de sus seres queridos. Y el tiempo irá pasando. Todo este caso quedará archivado en las hemerotecas. Nadie , salvo sus mas intimos, se acordará de él. La madre de Nagore se ha quedado sin palabras. Sin lágrimas. Nadie la podrá dar nunca una explicación. A Nagore tampoco.
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