España y Madrid no confluyen en Génova necesariamente. Cuando no quiere abrir la boca la presidenta Aguirre se quita los tacones y usa manoletinas. Es la señal para el vulgo mediático de que ese día Doña Esperanza no va a entrar en el teatro político. Eso sí, se dejará fotografiar y hará unos cuantos comentarios irónicos para entendidos. Da la impresión de que la presidenta está en otra cosa distinta a la de sus compañeros. Tal vez incluso en otro partido. Por eso Manuel Cobo , el vicealcalde, tiene miedo. Creo que ha descubierto el lado oscuro de la presidenta madrileña. Un lado oscuro que de momento le ha acarreado la suspensión de su militancia, a pesar de que casi todo el mundo comparte con el vicealcalde esa sensación de encontrarnos ante un fenómeno extraño; un expediente X al que casi nadie quiere hincarle el diente.
A mi la cara de Manuel Cobo me parece sincera. Refleja el terror por la situación. Teme incluso por sus hijos. Bien mirado, Esperanza Aguirre y la cohorte de figuras que la rodean bien pudieran ser de una secta venida de algún oscuro y pequeño planeta de la tierra de Tres Cantos. El Terror de Cobo, por otra parte, no hace mover un músculo a la cara de Ruiz Gallardón, otro que parece un muñeco del espacio ajeno a todo dolor y a toda sensación. En esta guerra de Madrid no sé quien es mas fuerte, pero tanto Aguirre como Ruiz Gallardón se han hecho inmutables y mutantes a la vez. Y todo será, digo yo, por llegar a ser presidente del gobierno de España alguna vez. Pero estos dos nos saben que todo dependerá de lo que diga Rita. La Barbera. Porque Camps ya hasta acude al comité ejecutivo del partido. Que falta de personalidad.¡
miércoles, 4 de noviembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario