Jamaica es en la actualidad un estado sitiado por culpa del narcotráfico. Uno no sabe muy bien quien sitia a quien en esta guerra soterrada que sólo se escenifica en las calles cuando una de las partes-, en esta ocasión el gobierno jamaicano autorizando la extradición de Dudu- incumple una especie de pacto del que se benefician todos. Las razones últimas de por qué el gobierno jamaicano ha consentido en esa extradición se me escapan, después de años negándose a autorizar la extradición del capo de la droga ante las peticiones americanas. ¿Venganza, traición, amor a la justicia y a la legalidad, falta de beneficios? El caso es que probablemente el gobierno no midió bien las consecuencias de este acto pues la población de los barrios humildes jamaicanos se ha puesto en pie de guerra para evitar que lo capturen. El narcotráfico en Jamaica, como en tantas partes del planeta , lo inunda todo. Nada se mueve en esa rítmica isla sin que esté contaminado por el dinero de la droga, desde la política a la justicia. Para mayor perplejidad, es el dinero del narcotráfico el que funciona en la isla como una alternativa al estado, creando escuelas y hospitales para la población mas pobre.
No es de extrañar que esos mismos beneficiarios de la caridad caribeña de la coca se lancen a la calle a defender a su benefactor.
Desde hace mucho tiempo tengo la convicción de que la mafia, -las distintas mafias mundiales- gobierna el mundo. No en vano la crueldad de sus métodos la utilizan a menudo demasiados gobiernos aparentemente libres cuando se trata de defender sus intereses. Igual sensación me inunda cuando contemplo como la justicia suele hacer aguas cuando se trata de perseguir a los grandes capos de las mafias. Hoy mismo, en España ha sido detenido Kalashov, el ladrón de ley georgiano, que esperaba plácidamente en Marbella la notificación de su sentencia: siete años de cárcel por blanqueo. Curiosamente Kalashov fue liberado por la Audiencia Nacional nada mas acabar el juicio, en una medida un poco extraña. Si no se ha fugado del país es porque alguien le ha montado una estrategia casi perfecta. Coincidiendo con la publicación de su sentencia, las autoridades georgianas han solicitado su extradición. Finalmente se irá a su país, de rositas. Aquí la sentencia fijaba que cuando adquiriera el tercer grado o cumpliera las tres cuartas partes de la sentencia fuera expulsado del país. Hay que recordar que en el juicio contra Kalashov, los policías y funcionarios georgianos se negaron a testificar por miedo a las represalias. Así que imagino que la vida en Georgia no le será muy difícil. En nuestro país ha contado además con excelentes abogados, como el ex-juez de la Audiencia Nacional Gómez de Liaño. Yo creo que la técnica de la justicia opera siempre a favor de estos capos. No sé si por defecto del sistema o porque el sistema está hecho de modo y manera para que los grandes mafiosos se libren de todo. Un buen abogado, contactos aquí y allí, y mucho dinero pueden hacer sortear los impedimentos de haberse saltado la ley. El sistema no perdona una pequeña deuda a un paisano. Si es necesario se le ejecuta su casa y tan campante. Es inexorable con los humildes, a aquellos que los bancos y las financieras les prestan dinero. Pero a estos grandes capos el sistema les exonera con frecuencia de todo. Con fortunas de miles de millones, una pequeña minucia de blanqueo de siete millones es pecata minuta. Se trata de buscar una fórmula, un defecto, un fallo en la ley. Ahí están los grandes abogados.
Pero las noticias del día no dejan de sorprenderme. En Las Vegas se van a inaugurar dos museos en honor de la mafia, uno con fondos públicos y otro con financiación privada. Se trata de saber cómo vestían, cómo se movían, que coches usaban, que declaraban, que mujeres sedujeron...todo muy revelador. No sé si las pistolas aún rezumaran sangre, pero no importa. En este mundo, lo peor de todo es ser víctima. Nunca te harán un museo por tener esta condición. En fin, y para ir acabando, el país que pide la extradición de DUDU, el narcotráficante jamaicano, no tiene ningún reparo en montarse dos museos para sus mafiosos, como un lugar de culto y veneración- ya me imagino a los escolares intentado emular sus hazañas. Y es que en el fondo, y cada vez mas en la superficie, la mafia gobierna el mundo.
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