miércoles, 28 de diciembre de 2011

EL CUENTO DE LAS CUENTAS

Los cuentos de príncipes y princesas no son gratis. No hay ratitas laboriosas que por la noche tejan y construyan todo el boato que reclaman tales personajes. Detrás de cada raya del pantalón del rey hay una planchadora silenciosa y orgullosa de servir al monarca. Detrás de cada presencia real existe un cochero uniformado y pulcro que alardea en su familia de abrir la puerta del coche del rey o de la reina. El cuento existe porque existe el lujo alrededor, el mundo inalcanzable para los demás. El cuento existe porque cuando habla o pasea el rey, el príncipe, multitud de ojos se admiran en ellos, queriendo ser, representándose a si mismos como reyes o reinas. El cuento existe porque la gente vive sin cuentos, mordiendo la realidad para que la corte siga existiendo ajena a la misma, ensoñándose en su mundo de alabanzas y composturas, de besamanos y vestidos largos, de músicas sacras y valses circulares. Todos obnubilados por su presencia, presencias, para que quede claro que nuestra vida no es nada si la comparamos con la suya. No hay ni comparación. Es una estrategia de poder muy antigua, perpetuada siglo tras siglo, cuento tras cuento, película tras película, revista tras revista. La realidad la dicta el historiador, el cronista de turno,  los medios de comunicación: el aturdimiento es general, es como estar atrapados en un laberinto de valores que nos han infiltrado desde siglos. Ellos y nosotros.  Este país está tan depauperado que es una gran noticia que el rey nos diga minimamente en que se gasta sus cuartos, que son los del pueblo. Curioso, siempre había oído que el que paga tiene derecho a reclamar. Aquí no. Se paga y ya veremos lo que te cuento. No voy a entrar a desmenuzar la tesorería real. Seguro que a pesar de todo lo escandaloso que a algunos parece, ha sido maquillada para no herir muchas mas sensibilidades. Lo que mas me sorprende es que se hayan atrevido a desvelar un poco el estado de sus cuentas, empujados por el escándalo y por la crisis, asumiendo el riesgo de que recordemos que las monarquías o las repúblicas no las fabrican las hadas. Viven del tesoro público. Lo que mas me sorprende es que digan que somos todos iguales ante la ley, lo que mas me sorprende es que no puedan dejar de  estar encima de un pedestal que hace mucho que ya no les corresponde por historia y por racionalidad. Pero recapacitemos. Con nueve millones de euros para sus gastos al año el tonto mas tonto del pueblo podría ser admirado por sus paisanos. El espejo se ha roto. Urdangarin ha tensado mucho la cuerda. Hay una reina mala que ríe entre la niebla.  La leyenda no se puede mantener siempre. Hay que bajar a la tierra y declarar algo. Me encantaría tener 71 choferes a mi disposición, aunque no me mueva, aunque no vaya a ningún sitio. Cenicienta me espera un día de estos.  El cuento no tiene nada que ver con las cuentas. ¿O si?

1 comentario:

  1. Aunque personalmente no me encantaría tener 71 choferes, estoy de acuerdo el cuento no tiene nada que ver con las cuentas...

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