miércoles, 21 de octubre de 2009
CAMBIO DE ESTACIÓN
Al meter las manos en los bolsillos he descubierto que una parte de la vida se había paralizado al final de la última primavera. En mi gabardina he encontrado restos de cosas, papeles, cerillas, tarjetas, anotaciones..Sin duda viajaban conmigo día a día hasta que el calor me hizo desistir de cualquier prenda de abrigo y quedaron eclipsadas en un armario sudando indiferencia durante el verano. Ahora que siento el frío y que busco el calor de esa gabardina he recuperado todos aquellos restos del naufragio y me doy cuenta de que yo también naufragué al cambiar de estación junto con todos mis cachivaches. En algún sitio dejé mi cuerpo de invierno, mis severas sienes de hielo, mis palabras de vapor. Y me inventé de nuevo al brillo del calor y del sol. No me dí ni cuenta. Como no me hubiese dado cuenta del cambio de estación ahora de no ser por todos esos despojos cotidianos que amasaba el vacío de mis bolsillos. Para alguien quizás sea sorprendente lo que da de sí un bolsillo.- Para mí, no. Muchas veces en su interior he llegado a encontrar delfines saltando mis dedos imprecisos. Si me decido a leer todas las anotaciones de la última primavera acabaré comprendiendo que la vida es un camino de puntos suspensivos. Por eso cambiamos de estación.
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