He recorrido las viejas murallas del silencio. El rio sonaba en la distancia. Desde arriba el barranco era el único tesoro escondido al perezoso. Es fascinante caminar en la geometría que el mar abandonó. Me perdería sin descanso jugando entr el agua y las nubes.
Por eso hoy pensaba en tí. Saliste a pasear por el inacabado valle de La Pedriza. Y nueve meses después nos devolviste sólo tu esqueleto, oculto en una gruta. Tu esqueleto raspado, de donde desaparecieron tu cara, tus manos, tus sonidos. ¡Qué extraña es la vida¡ Somos fantasía perecedera con conciencia de la desaparición. No me imagino lo que pudo suceder. Tal vez un mal paso, un camino errado, un brillante espejismo tejido por los astros. Sé que eras joven y siempre lo serás. El recuerdo no envejece. Envejecerán los que recuerdan. Todo es luz fugaz y nadie se entretiene mas de la cuenta. Ni tan siquiera las bestias que rompieron la acuarela de tu vida.
La muerte en soledad es el acto supremo de la individualidad. Caminante solitario. Sé lo que es estar unido a la energía de la naturaleza. Que todo tu ser brote de nuevo en una inmensidad irreconocible.
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